A eLe y Th
Una lluvia, y parvadas de mariposas vuelan como si fueran pétalos suspendidos; una lluvia, y los cerros parecen recién nacidos, como si una mano sagrada los hubiera bautizado con el nombre de verde.
Una lluvia.
¿Será capaz el ser humano de abrirse, volar, reverdecer, después de tanto dolor y fractura?
¿Qué puede soplar sobre el lodo que avergüenza pasados, para que seque y se espolvoree por siempre? ¿Qué puede murmurarse por encima del cuerpo para que olvide la iniquidad y reviva? ¿En qué agua debe sumergirse un nombre para que nazca otro?
Tal vez baste una mirada. Tal vez un oído sea suficiente. O los dos. No creo que más. Tal vez sólo otro, en algún lugar lejos, pero que por alguna razón, nombre a ese lugar “Aquí”.
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2 comentarios:
Hola Sylvia.
Un saludo afectuoso.
y por favor envíale uno a Marian mañana
Va un abrazo para tí y Bruno.
Gracias por darte la vuelta por aquí.
Mañana le paso tu saludo a Mariantonieta.
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